Cuando te sientas agobiado (a) de tantos problemas, detente un momento y piensa en hallar una solución.
Cuando sufras y no encuentres las respuestas a tanto dolor, seca tus lágrimas y encomienda tu vida al Señor.
Si al querer triunfar, te sientes desmayar, o has caído alguna vez, levantate, vuelve a comenzar.
Después de tantos problemas, de tanto sufrir, de haber caído y fracasado, detente, en el silencio una voz te hablara, la voz del alma, anunciando que ha llegado la calma.
Milly
viernes, 28 de agosto de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario